Un niño de tres años en el colegio, se paseaba por el patio un poco triste y la señorita que se percata, se le acerca y le pregunta: - ¿Qué te ocurre Pablito? El niño contesta. - Nada seño. -A mí me lo puedes contar. –Replica la señorita. -Es que tengo un problema muy muy gordo y me da mucha vergüenza contarlo.
Contesta el niño.
-Pero qué problema tan grave puede tener un niño de 3 años. – Le pregunta la señorita. -Es que no puedo contárselo seño. –Le vuelve a contestar el niño. A lo que la señorita vuelve a insistir. -A mi me lo puedes contar que yo soy tu señorita y tienes que tener confianza en mí.
-Bueeeeeno seño se lo contaré. –Responde el niño. -Es que estoy enamorado. –La dice el niño. A lo que contesta la señorita. -Pero que riiiico tan pequeñito y dice estar enamorado, que tierno. - Y de quien estás enamorado ricura mía. –Le pregunta la seño. -De usted seño. –Contesta el niño. -Pero que mono, si a mí no me gustan los niños. –Replica la seño. A lo que el niño responde. -No tema seño tendremos cuidado.