Con la vara larga en las manos va pisando los surcos con las botas rotas a extraer sus frutos al almendro un año más a quitarle las hojas troncharle algunas ramas y no dejarlos retoñar quitándoles las varetas quebrando las raíces cuando los vuelve a labrar la tierra de su alrededor sembrada de trigo labrada con dolor abriendo sus adentros recogiendo la simiente que ‚ con afán pidiendo a Dios que llueva y la vea brotar, cabeza alta, gorra baja tapando el sol la ropa muy gastada as¡ va el labrador. A. Lozano R., Julio de 1992 |