Lloran gotas de lágrimas blancas las cumbres de Sierra Nevada.
Llora el Veleta al atardecer cuando el sol se esconde oscureciendo la Alhambra.
Llora el visitante sin querer al perder la luz tan preciada para ver la belleza soñada que en su tierra no puede ver.
Dale un candil mujer que vea al atardecer la belleza embrujada de las calles de Granada.
A. Lozano
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LAGRIMAS BLANCAS.doc
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